Hablar del 2 de octubre es hablar de un capítulo que aún incomoda. Esa tarde de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas , un mitin estudiantil terminó en represión con decenas —quizá cientos— de muertos. Las cifras oficiales nunca se han esclarecido y el tema fue silenciado por años. El cine mexicano , sin embargo, encontró la forma de ponerlo en pantalla y darle voz a una generación que exigía libertad.

El ejemplo más emblemático es Rojo amanecer (1989), dirigida por Jorge Fons y protagonizada por María Rojo y Héctor Bonilla . La trama se desarrolla en el interior de un departamento que da a la plaza y muestra cómo una familia común queda atrapada en la violencia de aquella noche. La cinta estuvo censurada durante meses, pero al final ganó el Ariel a Mejor Película en 1991

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