Justo en el instante en que se abrían las puertas de la Ciudadela Educativa de la Biodiversidad en el Polideportivo Los Almendros, una mariposa emergió de su capullo en el mariposario del DAGMA. Como si la naturaleza hubiese decidido acompañar la jornada, el frágil batir de alas de una Siproeta stelenes, conocida como Malaquita , marcó simbólicamente la apertura de este espacio que, durante la Semana de la Biodiversidad, se convierte en aula viva para estudiantes, familias y ciudadanía.

“Cuando se abre esta ciudadela, vemos nacer una mariposa de su capullo, una coincidencia debido a los tiempos que tiene este proceso. La idea es que quienes nos visiten puedan interactuar y aprender sobre su importancia en el ecosistema”, explicó Juan Diego Arias, biólogo del DAGMA .

El mari

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