El invierno, con su promesa de calidez y refugio, a menudo nos invita a cerrar las ventanas y disfrutar del confort del hogar. Sin embargo, esta misma búsqueda de bienestar puede estar ocultando un peligro invisible y silencioso para nuestra salud : la contaminación del aire interior. Contrario a la creencia popular, el aire dentro de nuestras viviendas, especialmente en España durante los meses más fríos, puede ser significativamente más tóxico que el que respiramos en la calle.

Un reciente informe, que ha resonado en medios especializados, subraya cómo el uso intensivo de dispositivos comunes como estufas , chimeneas y humidificadores incrementa drásticamente la presencia de partículas peligrosas y sustancias nocivas en el ambiente doméstico. Este fenómeno, a menudo ignorado, conv

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