Marbella se vigila a sí misma. Los agentes de la Policía Local ya no patrullan sólos: ahora los acompaña un testigo implacable y silencioso que no parpadea ni olvida. No lleva uniforme, pero siempre está presente. Ocho cámaras corporales —cedidas por Telefónica en un proyecto piloto— se han convertido en los nuevos ojos de la seguridad en la capital de la Costa del Sol, filmando lo que ocurre en la vía pública y transmitiendo las imágenes captadas en directo al centro de mando. Y ello con la pretensión de que el contenido de estos dispositivos, que los policías llevan dispuestos en el pecho, sirvan, ante el juez, como pruebas objetivas en casos de agresiones o amenazas. Marbella experimenta así una nueva forma de vigilancia: policías que patrullan con una segunda mirada, la de una

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