Miles de personas continuaban este jueves viviendo al raso en el centro de Filipinas, en centros de evacuación o en tiendas de campaña fuera de sus hogares, por temor a nuevas réplicas dos días después de un terremoto de magnitud 6,9 que ha dejado al menos 72 muertos y 300 heridos. "Nos han dicho que puede haber réplicas hasta otros cuatro días, así que vamos a quedarnos aquí por nuestra seguridad", dijo a EFE Adriana May, una adolescente que junto con su familia lleva desde que golpeó el sismo en la explanada cercana al hospital gubernamental de la ciudad de Bogo.

Situada en el norte de la isla de Cebú, y apenas a 20 kilómetros del epicentro del terremoto, esta ciudad vuelve a verse sacudida ocasionalmente por temblores que sobresaltan a sus 88.000 habitantes. La región ha experimenta

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