Una errática estrategia de comunicación social de Palacio Nacional y las indecisiones para gestionar la muy delicada agenda presidencial de final del primer año de gobierno y el inicio del segundo siguen contaminando el caso del senador morenista Adán Augusto López Hernández y el apoyo abierto del presidente emérito Andrés Manuel López Obrador para empañar el escenario de la semana decisiva en que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo debería de tener el espacio mediático exclusivo a su servicio para fijar su agenda presidencial.

Lo que queda de este escenario político conflictivo e inestable es la percepción de que la agenda política del presidente emérito está infectando la agenda política de la presidenta en funciones y que las ambigüedades gubernamentales respecto a la corrupción, a l

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