Recientemente vi la serie ”Angela”, la cual es un reflejo de realidades que muchas mujeres enfrentan en silencio. Esta historia, más allá de la ficción, nos obliga a confrontar una verdad ineludible: el amor propio y el autorespeto no son negociables.

Muchas mujeres se apegan a la ilusa imagen de una vida perfecta, un estatus social o a una estabilidad económica. Creen que la educación, el dinero o la posición de la pareja o incluso la suya propia, son un blindaje contra el maltrato, sin embargo, la serie nos recuerda, que el abuso no discrimina. Que el título de “esposa de”, “profesional de éxito” o “madre ejemplar” se queda corto cuando se trata de la dignidad personal.

De manera que, nuestro valor como mujer, no está en lo que poseemos o con quién nos relacionamos; reside en nuest

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