"Cada año producimos 2.000 millones de toneladas . Están por todas partes, pero como es algo asqueroso, no pensamos en ello". Eso lo decía Oliver Franklin-Wallis, autor del excelente ' Vertedero ' (Capitan Swing, 2025) y lleva razón.

Lo que pasa es que en Europa nos obligaron a pensar en ello.

Y lo hizo China. En 2018, China dejó fuera de juego a medio mundo y se hartó de ser el vertedero de los países desarrollados . Esto puede sorprender a muchos, bajo los grandilocuentes discursos de 'revolución verde' y cuidado del medio ambiente, lo que había era básicamente empaquetar todo lo que generábamos y mandarlo a China.

Hasta que, como digo, Pekín dijo 'basta'. Y no fue una broma. Durante 2019, la importación de plásticos del país asiático cayó un 99% , las de papel un 30

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