Confieso que la figura de Jane Goodall inspiró cada palabra de mi texto LA CONTROVERSIA DE DODO. Sin ella el planeta Tierra sería diferente y las distintas especies permanecerían en un ostracismo emocional y espiritual. Su nombre marcó caminos, trazó destinos y alteró, para siempre, la conciencia humana. La flor se hizo hermana, el árbol padre y la naturaleza un espejo de nuestros pensamientos.

Con la partida de Jane Goodall, el mundo pierde mucho más que una científica: se apaga una de las voces más puras, comprometidas y luminosas que ha conocido la humanidad en su relación con el planeta y con las demás especies. Sin embargo, su legado no muere; florece en cada árbol que se defiende, en cada ser que se respeta y en cada conciencia que despierta.

Desde muy joven, Jane se sintió profund

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