En junio de 2022, el bowling chileno lanzó un desesperado reclamo tras el ofrecimiento de la Federación Internacional de Bowling, que ofreció donar 16 pistas de última generación con instalación completa, máquina de aceitado, perforación y software, valorizadas en cerca de US$ 400.000. El único requisito era que quedaran como patrimonio del Estado, lo cual requería inversión.
Durante el gobierno de Sebastián Piñera incluso se firmó una carta de apoyo por parte de la ministra Cecilia Pérez, comprometiéndose con la idea de un legado para el bowling. Sin embargo, ese acuerdo no fue tomado en cuenta bajo la nueva administración y la primera gestión de la Corporación de los Juegos, lo que debilitó aún más las posibilidades de concretar el proyecto.
La propuesta fue rechazada en votación (siet