En los meses previos al rodaje, un grupo de personas recorría Bernal con un objetivo en la cabeza: detectar autos que rozaran los 40 años de antigüedad estacionados en la calle o veredas del barrio. Y cada vez que alguno aparecía, tocaban el timbre con una propuesta poco habitual: "¿Le gustaría sumarse a nuestra película, vecino?". Así, el director Mariano Cattaneo y su equipo fueron reclutando antiguos Fiat, Renault y Chevrolet para vestir un film ambientado en los 90 y que llega a salas comerciales hoy mismo.

Pero durante el proceso de filmación, más cosas curiosas pasaron en Bernal: en un local vacío, el equipo de producción montó desde cero una disquería como aquellas que abundaban a comienzos de la década del 90 y tan convincente resultó que, mientras filmaban algunas escenas, los

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