Siete años ha tardado Nach en editar un nuevo álbum. Un tiempo para tomar aire y reflexionar en el que no ha estado del todo parado: ha publicado canciones sueltas y también ha hecho alguna gira. Pero el músico alicantino no tenía todas consigo para sacar adelante un trabajo de larga duración. Fue un época complicada. "Estuve sin rumbo / sin fuerzas, sin fe ni energía", dice con su inconfundible flow en los primeros versos de Destino , que abre el disco homónimo recién estrenado. "Llegó el COVID y perdí la perspectiva de qué artista era y dónde estaba ubicado con todo lo que estaba pasando a nivel global y a nivel artístico y de industria", responde cuando este periódico le pregunta las razones de ese silencio relativo. Han sido, pues, siete años en los que buscarse y cuidarse a sí

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