Lo que en un principio, según la consejera de Salud y Consumo, Rocío Hernández, eran "dos o tres casos puntuales" ahora ha desembocado en una crisis que va a obligar a revisar más de 2.000 casos que han podido experimentar retrasos o fallos en el programa de detección precoz de cáncer de mama . Se trata de resultados de la mamografía "no concluyentes" que, siguiendo el protocolo clínico, deben someterse a una segunda prueba para esclarecer el diagnóstico de la paciente y en los que ha podido haber un "error de comunicación" entre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y el paciente. Según la Consejería de Salud y Consumo, el 98% de los casos que se registran como dudosos evolucionan como benignos.
Desde este jueves, el SAS va a llamar a lo largo de una semana a 2.000 mujeres