En el departamento del Magdalena, un grave caso de tala ilegal ha puesto en riesgo la conservación de uno de los ecosistemas más frágiles del país: el bosque seco tropical. Autoridades ambientales confirmaron que fueron derribados al menos 22 árboles nativos dentro de un área catalogada como zona de protección especial.

La acción ilícita no solo representa una pérdida en términos de biodiversidad, sino también un retroceso en los esfuerzos de restauración que desde hace años buscan recuperar este ecosistema, considerado uno de los más amenazados de Colombia. Los árboles talados pertenecían a especies fundamentales para el equilibrio del bosque, algunas de ellas de crecimiento lento y clave en la provisión de hábitats para aves, mamíferos e insectos polinizadores.

El hecho ha generado pre

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