En la derrota, la primera de la temporada, el Barça descubrió sus limitaciones. O más bien fue el PSG, actual campeón de Europa, quien retrató todas esas disfunciones que habían quedado ocultas en estos dos primeros meses de la temporada. La obra, redonda, firme, sólida, llena de ambición, con piernas que no se apagan nunca, de Luis Enrique sobrevive incluso a la ausencia de su tridente de ataque titular.

En la segunda mitad, y a pesar de que el gol inicial de Ferran Torres había alimentado la esperanza, el conjunto francés se levantó con entereza hasta aplastar al Barcelona de Flick , llevándose incluso por delante al alemán que no encontró respuestas a ese grave problema táctico.

Pasaban los minutos y el Barça no tenía respuestas temiendo que el gol del PSG cayera por s

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