La Feria de Otoño se abrió este jueves en Las Ventas con una novillada de Antonio López Gibaja que resultó mansa, descastada y sin entrega , un encierro que dejó la tarde huérfana de grandes emociones. En medio de ese ambiente deslucido, la figura del mexicano Emiliano Osornio se alzó como lo más rescatable del festejo gracias a su firmeza, temple y un concepto clásico que conectó con los tendidos. Sin cortar orejas, el torero de Toluca dejó la sensación de haber hecho méritos para volver a Madrid en 2026.
El primero en dar un toque de atención fue el propio Osornio en un quite al novillo que rompió plaza: unos delantales amplios y templados, con un susto incluido , que ya marcaron la diferencia. En su faena al segundo, un novillo áspero y gazapón, mostró paciencia y aplomo, corrigi