Las autoridades brasileñas intensificaron este jueves 2 de octubre las acciones policiales contra la distribución de bebidas adulteradas, tras aumentar a ocho las posibles muertes y a 59 los casos de intoxicación por metanol, un biocombustible altamente tóxico.
El Gobierno regional del estado de São Paulo, donde se reporta la mayoría de incidencias, informó sobre la clausura de siete establecimientos y la requisa de más de 1.000 botellas de alcohol en la última semana.
En una operación lanzada este mismo jueves en la ciudad de São Paulo, los agentes entraron en una bodega sospechosa de haber distribuido bebidas adulteradas y se llevaron 60 botellas de vodka para someterlas a exámenes de laboratorio.
Presente en la operación, el director del Centro de Vigilancia Sanitaria municipal, Mano