Hace apenas dos días que los culés volvieron a caer en un bucle moderno: perder contra el PSG. Los dos mejores equipos del mundo regalaron a los espectadores del fútbol uno de los mejores espectáculos de la temporada, pero, finalmente, la forma física parisina arrasó en los últimos minutos de partido. Realmente, el enfrentamiento pareció una carrera de aviones , de las típicas jornadas que cansan, incluso, sentado viendo el partido en el sofá. El clásico europeo, sin duda, cumplió las expectativas y eso que los dos equipos estaban heridos por las bajas. Una de las caras que entró, probablemente, por la falta de algún jugador atacante fue Marcus Rashford , el flamante fichaje culé de la temporada, y no defraudó.

El inglés llegó a la ciudad catalana con un objetivo claro: renacer . De

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