Cada 2 de octubre, México recuerda la brutal represión de 1968 . Aquellos estudiantes que murieron luchando por nuestras libertades ya no están, pero sus voces siguen presentes. Gritaron por muchos de nosotros, contra el autoritarismo, por la libertad de expresión, la posibilidad de manifestarse y disentir, y por los derechos que hoy damos por sentados.

Sin embargo, lo que vimos ayer en la Ciudad de México durante las marchas conmemorativas dista mucho de aquel espíritu de lucha. Muchos de los participantes parecen desconocer el verdadero significado de esa fecha. Se limitaron a romper, gritar y agredir, vandalizando negocios y poniendo en riesgo el sustento de familias que nada tienen que ver con la protesta. Más grave aún, pusieron en peligro la integridad de trabajadores, ciudadanos,

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