La polémica saltaba hace unos días: el Ayuntamiento de Madrid aprobó con los votos a favor de PP y Vox y los votos en contra de PSOE y Más Madrid que las mujeres que quisieran interrumpir voluntariamente su embarazo recibiesen información sobre el 'síndrome postaborto', explicado por Vox como aquella condición que provocaba "depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, imágenes recurrentes, pesadillas, insomnio, alcoholismo, anorexia, bulimia, disfunciones sexuales, autolesiones, agresividad y una tasa de hospitalización por problemas psiquiátricos que duplica a la de las mujeres que no han abortado".
El Gobierno respondió diciendo que dicho síndrome no existía como diagnóstico clínico y anunció que estudiaría emprender acciones legales para frenar lo que consideraba una "ext