En materia económica, ya casi ni sorprende constatar que Chile exhibe uno de los crecimientos más bajos de la región. La economía avanza a paso lento, lejos de las proyecciones que alguna vez anunciaron las autoridades, y la incertidumbre parece haberse instalado como regla. Pero más allá de los grandes titulares, lo cierto es que la realidad golpea donde más duele: en las empresas pequeñas y medianas que sostienen la vida productiva del país.

Las pymes son, una vez más, las más expuestas a este escenario. Mientras intentan adaptarse a mayores exigencias laborales, al incremento del sueldo mínimo, a la carga impositiva y a los costos sociales, deben enfrentar además un abuso silencioso: el incumplimiento sistemático en los plazos de pago.

No hablamos de un favor ni de un gesto de buena v

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