¿Qué hace que un presidente y su secretario de Salud decidan convertir un analgésico de venta libre en el nuevo “culpable” del autismo? Tal vez el hambre de poder, tal vez la tentación de usar la ciencia como atajo político.
Y para irnos al contexto, que posiblemente ya conozcas. Donald Trump advirtió a las mujeres embarazadas: don’t take Tylenol. Como si él fuese el científico en sí, como si él fuese el autor de los estudios en sí.
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., asintió. Como en la mayoría de las veces. Anunció que la FDA revisaría etiquetas y abriría investigaciones sobre “factores ambientales” del autismo. El presidente, por su parte, presentó lo que describió como “el primer medicamento aprobado” para tratar síntomas del espectro autismo: la leucovorina, un fármaco us