No se puede detener el tiempo, no hay a quién reclamarle por este hueco que acaba de abrirse en el mundo. Murió Vera Jarach , se lee en los chats y más tarde entre las noticias y en las redes, otra Madre de Plaza de Mayo apagó su estrella y el faro que mantuvo la orientación de lo humano , lo que nos debemos unos a otres, el pacto social para que no se permita Nunca más un genocidio empieza a menguar, titila como una supernova en las noches sin luna.

¿Quiénes seremos nosotros y nosotras, quiénes seremos sin las Madres, sin abrazarlas en el canto cuando aparecen en la Plaza, aun con sus sillas de ruedas, el pañuelo blanco bordado, el nombre de un hijo o una hija ausente y vivo para siempre en el ¡presente! con que se responde a cada nombre? Una orfandad colectiva se extenderá como un

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