Emilio de Justo es uno de esos toreros que conoce la gloria y el infierno de esta profesión en esta misma plaza. Es por eso que nos dejó sin voz y con un nudo en el estómago cuando nada más empezar la faena del primero, joder comenzaba todo, había dado Emilio los primeros pases de tanteo que serían el preámbulo de faena y cuando se ha puesto con la derecha el toro lo atropelló de mala manera. Como si no hubiera lugar a otra cosa.

Como si estuviera escrito así. No fue solo una vez porque ya en la arena volvió a hacer por él el toro de Victoriano del Río. Impresionó porque Emilio de Justo, consciente, no logró ponerse en pie y se lo han tenido que llevar a la enfermería y la memoria reciente nos lleva a una lesión de espalda en esta misma plaza por la que sufrió lo indecible durante meses.

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