Durante décadas, la lápida del gobernante maya Pacal, descubierta en 1949 en la pirámide de las inscripciones de Palenque (Chiapas, México), ha sido objeto de especulación, teorías extravagantes y lecturas pseudocientíficas. La imagen es poderosa: un hombre aparentemente sentado en una especie de cabina, rodeado de símbolos que algunos interpretaron como mandos, tubos de escape y llamas. ¿Un astronauta maya surcando el espacio? ¿Una prueba de contacto extraterrestre en la antigüedad?
La teoría fue popularizada por autores como Erich von Däniken, que defendían la visita de alienígenas en tiempos remotos. Pero fue Fernando Jiménez del Oso, médico psiquiatra y divulgador del misterio en España, quien se atrevió a desmontar esa narrativa en televisión, con rigor y respeto por la arqueología.