En una decisión que marca un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico , el presidente Donald Trump declaró formalmente que Estados Unidos se encuentra en un "conflicto armado no internacional" contra los cárteles de la droga.

La determinación, comunicada esta semana, busca justificar legalmente una serie de bombardeos en el Caribe que dejaron por lo menos 17 muertos y desata un fuerte debate sobre los límites del poder presidencial.

La Casa Blanca sostiene que los cárteles constituyen "grupos armados no estatales" cuyas acciones representan un "ataque armado" contra territorio estadounidense, otorgando poderes extraordinarios equivalentes a los de una situación de guerra.

Sin embargo, legisladores de ambos partidos cuestionan la legalidad de esta estrategia y ex

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