Jane Goodall, quien falleció recientemente a los 91 años, dejó un legado imborrable como primatóloga, etóloga y defensora incansable de la naturaleza. Nacida en Inglaterra en 1934, Goodall se convirtió en una figura revolucionaria en la ciencia al dedicar su vida a comprender a los chimpancés y promover la conservación ecológica.
Su trabajo comenzó en 1960, en la reserva de chimpancés de Gombe, Tanzania, bajo el patrocinio de Louis Leakey. Sin formación universitaria formal en biología al inicio, Goodall se armó de paciencia, observación persistente y un profundo respeto por los animales, lo que le permitió captar comportamientos sorprendentes: uso de herramientas, complejidad social, adopciones y fuertes vínculos familiares entre los chimpancés.
Uno de los descubrimientos más influyente