Rocío Crusset ha heredado la voz de su padre, Carlos Herrera, y la belleza de su madre, Mariló Montero. Con ese cóctel genético era difícil que pasara desapercibida. A sus 31 años se ha convertido en una de las modelos españolas más reclamadas y, mientras la prensa sigue buscándole pareja y futuro, ella insiste en hablar de lo que realmente le importa: su trabajo, sus rutinas y cómo logra mantenerse en forma sin renunciar a los placeres de la vida.
La sevillana acaba de presentar su nueva campaña para Calzedonia y, en una entrevista con ¡HOLA! , ha confesado uno de sus secretos mejor guardados: el movimiento constante. “No me privo de nada, pero soy muy activa. Camino mucho, viajo, trabajo de pie, hago deporte…”, explica. Parece sencillo, pero cualquiera que haya probado a p