Un ejemplo a seguir.
La emoción, los abrazos y las lágrimas dieron vida a una gran graduación.
Con toga, birrete y una sonrisa que hablaba de orgullo, once adultos mayores residentes del asilo de ancianos La Conferencia vivieron una tarde inolvidable al recibir su certificado de educación básica, un logro que, para muchos, se convirtió en el cumplimiento de un sueño largamente esperado.
Desde temprano, los graduados se mostraban emocionados, arreglándose con paciencia y recibiendo la ayuda de sus madrinas y padrinos.
Se abrazaban, se miraban con complicidad y esperaban el momento de escuchar su nombre; antes de iniciar la ceremonia, todos se reunieron en la capilla del asilo para agradecer con una misa, en la que se pidió por la salud, la sabiduría y la perseverancia de cada uno.
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