Durante más de medio siglo, los satélites han mostrado un dato intrigante: pese a sus diferencias geográficas y climáticas, ambos hemisferios reflejaban la misma cantidad de luz solar. Ese balance, conocido como efecto albedo, parecía ser una propiedad intrínseca del planeta. Sin embargo, los últimos registros del programa CERES de la NASA revelan un quiebre en ese equilibrio: la Tierra se está oscureciendo y el fenómeno es más pronunciado en el hemisferio norte.

Según los expertos, este cambio no es casual ni natural. Está directamente relacionado con la acción humana: la reducción de aerosoles contaminantes en el norte, el deshielo acelerado en el Ártico y las variaciones en la concentración de vapor de agua. Todos estos factores alteran la manera en que la superficie terrestre y la atm

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