"La ESI (Educación Sexual Integral) es una apología a la pedofilia y pederastía" , sostenía una publicación difundida en enero por el presidente Javier Milei. Mucho antes, cuando era candidato, había asegurado que representaba "un ataque directo contra las familias". La ofensiva discursiva se tradujo en ajuste y, posteriormente, en eliminación. El mandatario se ocupó de desfinanciar hasta dejar en cero la partida nacional para este programa creado en 2006, y que desde entonces fue clave para que chicos y chicas reconocieran el derecho a que no hagan en sus cuerpos lo que no quieren . De los 193 millones de pesos que se destinaban específicamente en 2022 al fortalecimiento de este programa, hoy no se pone un peso.
Así lo confesó el jefe de Gabinete Guillermo Francos en su último infor