
El 'núcleo del demonio', llamado así luego de unos trágicos incidentes, era una esfera de plutonio de poco más de seis kilogramos que fue creada durante el Proyecto Manhattan y originalmente estaba destinado a ser el núcleo de una tercera bomba atómica desarrollada por Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque a simple vista parecía inofensiva, aquella esfera metálica era tan peligrosa que bastaba un error de segundos para condenar a muerte a cualquiera que estuviera cerca. Razón por la cual los físicos que experimentaron con ella le dieron este apodo que parecía salido de un relato maldito.
Los experimentos
Debido a que la guerra terminó antes de que pudiera usarse, el núcleo pasó a los laboratorios para ser probado en experimentos de criticidad, es decir, cuando las condiciones podían desencadenar una reacción nuclear en cadena, pero en este caso sin provocar una explosión. Era como "hacerle cosquillas a la cola del dragón" , decían los científicos, conscientes de que un pequeño fallo podía ser fatal.
El primero en sufrir las consecuencias fue Harry Daghlian, un joven físico de 24 años. Una noche de agosto de 1945, mientras trabajaba solo, dejó caer accidentalmente un bloque de carburo de tungsteno sobre el núcleo. El destello azul que iluminó la sala fue una señal inequívoca: el plutonio había alcanzado momentáneamente su estado crítico.
Daghlian retiró el bloque, pero ya era tarde. Durante semanas se consumió bajo síntomas de radiación: horribles y dolorosas quemaduras internas , vómitos incontrolables, pérdida total de defensas. Murió un mes después, convertido en la primera víctima del 'núcleo del demonio'.
Segunda víctima
Nueve meses más tarde, el canadiense Louis Slotin, uno de los mayores expertos en plutonio del mundo, decidió mostrar a sus colegas cómo se controlaba el núcleo con dos semiesferas de berilio , que nunca debían cerrarse por completo. El incidente ocurrió mientras sostenía con un simple destornillador la parte superior de la semiesfera que mantenía el arma letal contenida. En un instante de descuido, la herramienta resbaló y la cúpula superior cerró el núcleo por completo.
Hubo un fogonazo azul y una ola de calor recorrió la sala. Slotin reaccionó rápidamente, apartando la tapa, pero ya había absorbido una dosis masiva de radiación y las consecuencias fueron devastadoras. Su mano izquierda, la más cercana al núcleo, recibió más de 15.000 rem de rayos X de baja energía y se volvió azulada, cubierta de ampollas y sumida en un dolor indescriptible.
El resto de su cuerpo soportó el doble de la cantidad de radiación que mata a un ser humano. Durante nueve días agonizó con fiebre, vómitos, confusión y lo que los médicos llamaron una "quemadura solar tridimensional" en sus órganos internos. Murió en coma, tras nueve días del incidente, a la edad de 35 años.
El destino del núcleo
Después de estas dos muertes, Los Álamos, donde se ubicaba el laboratorio, suspendió los experimentos de criticidad manuales. El núcleo, que en un inicio se llamaba informalmente 'Rufus', quedó marcado por la tragedia y pasó a ser conocido como el 'núcleo del demonio', un apodo que reflejaba su capacidad de matar sin necesidad de bombas ni explosiones. Finalmente, fue fundido y reutilizado en otros núcleos para una de las primeras pruebas de bombas atómicas de la posguerra en el atolón Bikini, tan solo cinco semanas después de la muerte de Slotin.
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