La costa de Canarias , tan codiciada por visitantes y locales, encierra una paradoja luminosa: es tan bella como peligrosa cuando no se tiene precaución . Sus aguas turquesas, los peces que nadan entre las rocas y ese sol que parece no marcharse nunca invitan a sumergirse sin pensar, como si el mar fuera solo un escenario de postal.
Pero la realidad golpea con fuerza, entre enero y julio de 2025, treinta personas perdieron la vida ahogadas en estas mismas aguas. Según advierten los expertos, muchas de ellas murieron por un exceso de confianza, por dejarse seducir por una imagen idealizada que no contempla las corrientes, mareas y riesgos bajo la superficie.
Cuando el mar no avisa
Pablo Martín, biólogo marino y divulgador, lo tiene claro: “Esto que parece idílico, en muchas ocasion