Detrás del éxito de “La Casa Guinnes” en Netflix, hay una historia posta, anclada en la realidad, que convirtió un apellido cervecero en sinónimo de poder y filantropía.
Todo arrancó en 1759 con Arthur Guinness, quien fundó la célebre cervecería en Dublín. Pero el verdadero crack que internacionalizó la marca fue su nieto, Sir Benjamin Lee Guinness, quien no solo triplicó las ventas de la empresa que había heredado; también se metió de lleno en la política, siendo elegido alcalde de Dublín en 1851 y más tarde ocupando un escaño en la Cámara de los Comunes.
Además, dejó un legado cultural impresionante, como la restauración de la Catedral de San Patricio.
¿Qué pasó con Guinness en la vida real?
Cuando el patriarca murió, se armó una fuerte interna familia: el futuro del emporio quedó en