A Bárbara Mirjan le hacía mucha ilusión este sábado de fiesta extensa, de otoño soleado en Sevilla, siempre anfitriona amable, en la iglesia de Los Gitanos de donde salió convertida en esposa del duque de Arjona a las tres de la tarde. La ceremonia se había iniciado con retraso por el colapso de las otras dos ceremonias previstas en el templo. Los invitados fueron entrando sobre la una y media, la hora inicialmente prevista, con la plaza acordonada, entrando por el atrio lateral cuando por la puerta principal aún estaban saliendo los novios antecesores, Juan y Sara, por la puerta principal.
Los 300 invitados se iba sentando en el templo cuando llegó el novio, Cayetano Martínez de Irujo, con el uniforme de maestrante de la Maestranza de Caballería hispalense que ya había lucido en la boda