Hace exactamente un año, anticipando lo que sería la cosecha y posterior exportación de cerezas, los titulares de la prensa advertían: “Los cereceros se frotan las manos”, “Se espera temporada récord”, “Cerezas tendrán un lugar destacadísimo en la temporada”.

Sin embargo, en febrero, cuando cerraba la época de ventas al exterior del que hoy es la vedette de las exportaciones frutícolas del país, especialmente por las compras en China, las voces exitistas se revirtieron hacia un pesimismo transversal.

Ocurrió que todos los fruteros dedicaron sus esfuerzos a producir cerezas, alcanzando un récord de exportación de 125,2 millones de cajas. Las primeras llegaron con algunos problemas de calidad, lo que redujo el precio, luego llegó la mejor y tuvo que competir con los stocks anteriores que n

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