La posibilidad de cualquier modalidad de intervención militar extranjera en Venezuela es una amenaza que no puede ser aceptada, venga de donde venga, y debe ser rechazada por toda la población.
La presencia militar estadounidense en aguas del Caribe y los ataques letales contra embarcaciones presuntamente involucradas en tráfico de drogas, sin prueba alguna, ponen en peligro la paz en esta región del continente y evidencian la debilidad de los organismos internacionales en cuyas instancias debería procesarse cualquier situación conflictiva entre dos o más naciones.
El uso unilateral de la fuerza militar va contra el Derecho Internacional y contra los postulados contenidos en la Carta de las Naciones Unidas. Hoy es imperativo evitar que la amenaza o el uso de la fuerza sustituya el diálog