Cómo me gusta que nos visiten los hijos y los amigos. Pero a veces vienen, qué cosa más extraña, los que llamaré “visitadores incógnitos”. En verano mi casa, créamelo usted, es un cosmos infinito. Hay gente que viene y que luego se marcha, otra que no se va nunca y otra que jura estar sólo de
El extraño caso de los visitadores

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