Hace 15 años, Eugenia Martina tomó una decisión que cambiaría su vida. Luego de hablar con su esposo, Germán Darico, que trabajaba en el campo con su padre y sus hermanos, se animó a iniciar su propio emprendimiento: agregar valor a la soja fabricando milanesas y otros subproductos.

Así nació Gliestore, que comenzó vendiendo en Río Cuarto y, finalmente, instaló su planta de producción en Elena, a unos 70 kilómetros, sobre la autovía ruta 36.

Inquieta y enérgica, esta emprendedora y su esposo consiguieron que su suegro la apoyara convirtiendo un campo de 40 hectáreas en orgánico, certificaron normas de calidad ISO 22.000 y desarrollaron una maquinaria para controlar malezas sin agroquímicos, lo que le valió un premio de la Universidad Siglo 21. A fin de año, lanzará galletitas, un product

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