Habrá un último aleteo de los pañuelos, un encuentro de miradas preanunciando el final, la vista al frente de los dos con los brazos extendidos al cielo y el giro del adiós para terminar ella con la cabeza recostada sobre el hombro de él, en un gesto indeleble de ternura y protección.
Será la última zamba de Marina y Hugo Jiménez sobre un escenario, la despedida de la arena artística de dos cultores del baile de raíz devenidos en pilares de la danza folklórica nacional.
A 55 años del debut del Ballet Salta , su máxima creación, la pareja ha decidido que es hora de colgar los vestidos de volados y dejar descansar las botas para abocarse de lleno en la docencia. Y así será. Darán por terminada esta etapa de sus vidas con una única presentación en Buenos Aires, el lunes 13 a las 21 en