Achraf Akimi volvió a demostrar en su reciente visita a Montjuic para enfrentarse al Barcelona, que es de los mejores jugadores del mundo, lo que eleva el debate que le lleva persiguiendo en los últimos cinco años y el motivo por el que no es uno más en el día a día de Valdebebas como jugador del primer equipo del Real Madrid. El caso es que su historia de amor con el club blanco nunca ha encontrado el escenario idílico que tanto buscó desde niño, aunque ninguno cierra la puerta de manera definitiva.
Una vez más, el pasado miércoles consiguió ser decisivo desde el lateral derecho de la defensa del PSG, ejerciendo a la perfección esa capacidad que tiene de aparecer con peligro en campo contrario para inclinar la balanza hacia su equipo. No fue la primera ocasión en la que lo hacía,