Por Sofonías Rodríguez Montezuma
Heriberto Caicedo es un nariñense que, desde hace unos veinte años aproximadamente, ha venido explorando los campos del arte con dedicación y amor. Inicialmente residió en la ciudad capital, pero hoy disfruta de los encantos de su tierra natal: Sandoná. Sus trabajos, principalmente casitas en miniatura, gozan de gran acogida tanto por parte de los locales como de los visitantes.
Cuenta que, en un principio, su oficio era la soldadura. Junto con sus hermanos, poco a poco fue incursionando en la escultura y, más adelante, en el arte de construir casas en miniatura con tal habilidad y gusto estético que su trabajo ha sido motivo de admiración y reconocimiento como maestro en su oficio. Con el tiempo, sus amigos comenzaron a comprarle sus piezas, y no tardaro