Lo que muchos padres consideran “una forma de corregir” a sus hijos, los gritos y regaños constantes , puede tener efectos negativos a largo plazo.
Estudios de la American Psychological Association (APA) y de la Universidad de Pittsburgh han demostrado que la disciplina verbal dura se relaciona con un aumento en los niveles de ansiedad y depresión en los niños.
Consecuencias emocionales y conductuales
Los investigadores han detectado que este estilo de crianza puede generar:
• Baja autoestima: el niño comienza a creer que no es suficiente o que siempre actúa mal.
• Ansiedad y depresión: el estrés emocional repetido puede convertirse en trastornos psicológicos en la adolescencia.
• Problemas de conducta: en lugar de reducir los comportamientos indeseados, los gritos tiende