En algún día de 2023, David Byrne (73) entró a un cine y se vio a sí mismo. Ahí estaba para presenciar el reestreno de Stop making sense, el filme de 1984 que captura los electrizantes shows que su desaparecida banda Talking Heads dio en el Teatro Pantages de Hollywood y habitualmente catalogado como el mejor concierto jamás grabado, un episodio nuclear en la historia de la música en vivo
“Fue muy extraño, no lo había visto en mucho tiempo. Pero quería apreciar cómo se veía ahora”, admite en conversación vía Zoom con Culto.
Cuando la película comenzó a rodar -cuando el propio vocalista se vio bailando con tics espasmódicos, ondeando brazos y piernas en perfecta sincronía, corriendo a ritmo maratónico y usando un abultado traje que se convirtió en símbolo de ese espectáculo,- sintió ganas