Después de una semana de descanso, la Fórmula 1 volvía a la acción en el siempre complicado circuito urbano de Singapur, una de las pruebas más duras del calendario por el elevado calor y, sobre todo, por el 80% de humedad. De hecho, la mayoría de los pilotos usaron los nuevos chalecos refrigerantes permitidos por la FIA, que incluso compensaba el peso con quienes preferían no hacerlo. Eso sí, los baños en agua casi congelada antes y después de la carrera continuaron como siempre. El sábado, George Russell dio la campanada logrando el primero puesto en parrilla de salida frente a los McLaren y el Red Bull de Verstappen, que fue segundo, aunque en carrera no pudo hacer más, salvo defenderse de la presión de Lando Norris con un coche, en teoría, bastante mejor.
Minutos antes de la salida