La respuesta que tenga no va a tener efecto” , respondía Xabi Alonso cuando le preguntaron si volvería a alinear a Jude Bellingham en el derbi del Metropolitano si pudiera regresar una semana atrás. En aquel partido, e l técnico tolosarra jugó la carta de la fe : confió en el inglés, aún sin ritmo tras la lesión, para un encuentro de máxima tensión. Pero el campo habló . Bellingham acusó la falta de chispa, y el Madrid se derrumbó ante el Atlético .

El golpe fue duro, pero Alonso no se escondió en el error . Prefirió abrazar la pausa. En los dos partidos siguientes, Bellingham comenzó desde el banquillo . La consigna había cambiado: era hora de acudir a la prudencia. “A la vuelta, con dos semanas más de entrenamiento, va a estar mejor día a día y va a ser importante para

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