El reciente apoyo financiero de Estados Unidos representa más que un salvataje: marca el inicio de una nueva etapa, en la que el país cuenta con una oportunidad concreta de superar su histórica dependencia de divisas y encaminarse hacia la autosuficiencia. Esta asistencia funciona como un puente para sortear el déficit externo hasta 2027 y abre la posibilidad de consolidar un modelo sostenido en el crecimiento de las exportaciones energéticas.

Este escenario genera optimismo, ya que permite pensar en una resolución definitiva de las crisis que se han repetido durante más de 75 años y que siempre tuvieron como raíz la incapacidad de generar los dólares necesarios para el funcionamiento normal de la economía. A diferencia de otros momentos, la infraestructura para exportar petróleo y ga

See Full Page