Marc Márquez aterrizó en Indonesia con la resaca emocional del título logrado el fin de semana anterior en Japón, sin muchas ganas de subirse a su MotoGP y con una prioridad absoluto: «Tengo que acabar el año sin hacerme daño», decía el pasado jueves en la previa del gran premio. Este domingo no ha podido cumplir ese deseo por culpa de una caída en la que se vio involucrado y de la que no tuvo culpa alguna.

En la primera vuelta de carrera la rueda delantera de la Aprilia de Marco Bezzecchi impactó con la trasera de la Ducati de Márquez, y acabó con ambos por los suelos. El italiano había cometido un error tras una mala salida desde la pole, que trataba de enmendar demasiado pronto. Apenas se habían completado siete curvas cuando se produjo el choque que mandó a ambos pilotos a la grava a

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