En la España actual, los jóvenes afrontan un escenario socioeconómico que les sitúa en una posición de constante inestabilidad. La dificultad para acceder a un empleo digno y estable sigue siendo una barrera que condiciona el inicio de una vida autónoma. Muchos contratos ofrecen condiciones temporales y sueldos bajos que apenas alcanzan para cubrir los gastos básicos mientras el acceso a la vivienda se ha convertido en un reto casi imposible. Los precios del alquiler no paran de crecer y la compra de una vivienda resulta inaccesible incluso para quienes cuentan con formación universitaria y empleo a jornada completa

A este panorama se suma la inflación sostenida que ha disparado el precio de la cesta de la compra generando un desajuste entre el coste de vida y los ingresos medios de est

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