En Gaza, el conflicto no sólo enfrenta fuego y destrucción física: también hiere profundamente la identidad cultural y deportiva de un pueblo que lucha por mantener viva su memoria y sus espacios. A través de exposiciones, competencias deportivas y testimonios artísticos, el mundo ha sido testigo de lo que va mucho más allá de un enfrentamiento militar.
Miles de monumentos, sitios históricos y patrimonio arqueológico han quedado dañados o destruidos. De museos que albergaban piezas milenarias a templos, mezquitas y edificaciones centenarias, el daño es visible y deja cicatrices en la memoria colectiva. Al mismo tiempo, los artistas y curadores muestran piezas salvadas, obras refugiadas en el exilio, imágenes que relatan la devastación, la resistencia y la dignidad.
En el deporte, las est